miércoles, 30 de noviembre de 2022

Novena a la Inmaculada Concepción - Día Segundo

La Inmaculada Concepción

*

Por la señal de la Santa Cruz... Señor mío Jesucristo...

Oración para empezar todos los días 

Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre. 

A ti Purísima madre restauradora del caído linaje de Adán y Eva venimos confiados y suplicantes en esta novena para rogarte que nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado. 

Acuérdate Virgen Santísima, que has sido hecha Madre de Dios, no solo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. 

Acuérdate que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu socorro haya sido desamparado. 

No me dejes, pues, a mí tampoco, porque si no, me perderé; yo tampoco quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera devoción. 

Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un grande aprecio de la virtud; y la tercera, una buena muerte. 

Además, dame la gracia particular que te pido en esta novena.


Petición…


Oración particular para el día segundo

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como has preservado a María de todo pecado mortal en toda su vida y a nosotros nos das gracia para evitarlo y el sacramento de la confesión para remediarlo, así te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de no cometer nunca pecado mortal, y si incurrimos en tan terrible desgracia, la de salir de él cuanto antes, por medio de una buena confesión.


Oración final para todos los días 


Bendita sea tu pureza 

y eternamente lo sea, 

pues todo un Dios se recrea 

en tan graciosa belleza. 


A ti celestial princesa, 

Virgen sagrada María, 

te ofrezco desde este día 

alma vida y corazón. 


¡Mírame con compasión! 

¡No me dejes madre mía! 


Tres Avemarías…