sábado, 29 de agosto de 2020

Dom XIII post Pent - La Curación de los Diez Leprosos – San Lucas XVII, 11-19 - Padre Edgar Díaz


En su tercer y último viaje a Jerusalén Nuestro Señor Jesucristo iba a sufrir y morir en la cruz, la obra de nuestra redención. Iba a padecer sufrimientos indecibles y la más dolorosa e ignominiosa muerte que pueda existir.

En ese viaje, al pasar por un cierto pueblo entre Samaría y Galilea, se encontró con diez leprosos quienes le pidieron que tuviera misericordia con ellos. Y esto se les fue concedido generosamente.

sábado, 22 de agosto de 2020

Dom XII post Pent - El Buen Samaritano nos enseña las cualidades del amor al prójimo - San Lucas X, 23-37 - Padre Edgar Díaz

En el Evangelio de hoy Nuestro Señor llama a sus discípulos bienaventurados porque se les ha concedido el poder verlo y escuchar la Palabra de Dios de sus propios labios, y caminar con Él. Muchos profetas y reyes anhelaron esta felicidad, pero no tuvieron esa suerte, ya que murieron antes de que viniera Jesús a la tierra.

sábado, 15 de agosto de 2020

San Joaquín, Padre de la Santísima Virgen - 2020-08-16 - Padre Edgar Díaz



Dice el Sirácides o Eclesiástico: “Quiso Dios honrar al padre en los hijos” (Eclesiástico III, 3). A los padres nunca se les conoce mejor que por los hijos, ya que el mérito del hijo es la mayor gloria del padre.

Por tanto, bastó que supiéramos que San Joaquín había sido el Padre de la Madre de Dios, para que conociéramos la excelencia y las eminentes virtudes de San Joaquín.

Ésta parece ser la razón por la cual la Sagrada Historia no hace mención del gran patriarca San Joaquín.

No parecía muy necesario que los Evangelistas hicieran una relación individual de él. Ningún título más majestuoso; ninguna idea más elevada de su grandeza y nobleza, ni de sus cualidades, podría superar el elogio más significativo de Padre de la Virgen.

sábado, 8 de agosto de 2020

Dom X post Pent -- San Lucas XVIII 9-14 -- La Oración del Fariseo y del Publicano -- Padre Edgar Díaz


En todos los tiempos encontramos gente que creen ser buenos y justos y, por esa razón, desprecian a los demás. Estas personas se atribuyen las buenas cualidades que tienen a sí mismos, y no a Dios.

Así eran (y aún son) los Fariseos. Se imaginaban a sí mismos modelos de santidad a causa de su estricta y celosa observancia exterior, mientras que a los demás los consideraban malos. Nuestro Señor Jesucristo elevó su voz en contra de estos hombres orgullosos y arrogantes, y mostró que Dios resiste a los soberbios, y da su gracia a los humildes.

sábado, 1 de agosto de 2020

Dom IX post Pent -- 2020-08-02 -- Padre Edgar Díaz

Dom IX post Pent
San Lucas XIX, 41-47

Ésta sería la última visita de Jesús a Jerusalén pues el día de su crucifixión estaba cerca. Mucha gente se había agolpado a recibirlo y con gozo y grandes voces alababan a Dios: “Bendito el que viene, el Rey, en nombre del Señor” (San Lucas XIX, 38). Pero las voces se detuvieron en la cima del Monte de los Olivos, desde donde Jesús pudo ver toda la ciudad; y Jesús lloró por ella.