domingo, 16 de febrero de 2025

¡Quieren que nos condenemos! - p. Edgar Iván Díaz

Nuestra Señora de la Salette

Es vital rechazar a quien sostenga la Tesis, pues nos está llevando hacia la falsa iglesia modernista que no salva. Nuestro enemigo ya no es el Vaticano II, sino la falsa tradición que sostiene la Tesis.

El padre Vili Lehtoranta señala los errores fundamentales de la Tesis. La Tesis Cassiciacum sostiene un argumento falso.

En primer lugar, el error fatal, es considerar la iglesia moderna del Vaticano II como la Iglesia Católica y no una falsa iglesia. Para ellos la iglesia herética modernista del Vaticano II es la Iglesia Católica. No es una falsa iglesia.

Reconocen que toda la jerarquía del Novus Ordo es jerarquía de la Iglesia Católica. No hacen distinción entre la verdadera jerarquía y la jerarquía falsa del Vaticano II.

Esperan que haya una conversión de esta jerarquía “material” falsa, y creen que la restauración de la Iglesia Católica, hoy en estado de sedevacancia, viene de la falsa iglesia moderna, de su falsa jerarquía.

Y también creen que el verdadero Papa va a venir de la conversión del falso papa modernista, hoy Jorge Mario Bergoglio. Creen que Bergoglio se va a convertir y a restaurar la Iglesia Católica, y así la Iglesia volverá a tener un Papa verdadero.

¿De dónde sostienen esto?

El padre Dutertre exponente de la Tesis sostiene que aun cuando los modernistas—desde Roncalli hasta Bergoglio—sean herejes fueron elegidos válida y lícitamente Papa.

No son Papa verdadero (formal) por la herejía, pero sí son Papa (material) por la materialidad de su presencia ocupando el Trono de San Pedro en el Vaticano. Son Papa Material porque su trasero está sentado en la silla de San Pedro.

Son herejes tenidos por católicos para justificar la sucesión apostólica. 

Según los sostenedores de la Tesis, estos falsos Papas tienen la sucesión apostólica, pues ellos los consideran como parte de la jerarquía de la Iglesia Católica, y, por eso, pueden elegir válida y lícitamente, y ser elegidos Papa válida y lícitamente.

Es, pues, la conversión de estos herejes lo que va a salvar a la Iglesia. De ahí todo el empeño de algunos obispos por sostener la Tesis y reconocer en la falsa iglesia modernista a la Iglesia Católica.

Nunca un hereje y un apóstata puede elegir válidamente Papa, o ser válidamente elegido Papa, por la sencilla razón de que un hereje y un apóstata deja de ser miembro de la Iglesia Católica. 

Resulta así el absurdo de considerar que los herejes “Papa Material” son el sujeto transmisor de la autoridad de la Santísima Iglesia Católica. Esto es una gravísima herejía. 

La autoridad de la que hoy gozan los obispos verdaderos, con válida y lícita ordenación y consagración, y con doctrina y fe católicas, jamás podría venir de alguien que no es católico, y esto no es opinable. Por lo tanto, la Tesis es una herejía.

Y el padre Ricossa, sostenedor de la Tesis, insiste: 

“La Santa Sede está ocupada por el Papa Material”. Decimos: ¡Esto es falso! Bergoglio (o los falsos papas anteriores) ocupan la sede pero de otra iglesia. 

Y continúa Ricossa: “Y la Santa Sede no puede ser ocupada por otro hasta que la elección de Bergoglio no haya sido anulada por la Iglesia”. Decimos: ¡Falso también!

La Santa Iglesia Católica no necesita anular la elección de estos herejes simplemente porque estas elecciones son de por sí nulas o inexistentes para la Iglesia Católica. Nunca fueron ni serán católicas, sino elecciones de otra iglesia.

Cae la Tesis en esta aterradora incongruencia:

Por no reconocer y aceptar la autoridad del Papa Material de turno, de quien le vendría la jurisdicción, los sostenedores de la Tesis dicen que los verdaderos obispos no tienen jurisdicción. Es decir, para que ellos tengan jurisdicción deben reconocer al Papa Material.

Mas los herejes y apóstatas, desde Roncalli hasta Bergoglio hoy, que no son verdaderos obispos, sí tienen jurisdicción y la pueden transmitir. ¡Tremenda incoherencia!

En tiempos normales la jurisdicción la da el Papa a un Obispo a través del Nombramiento o Designación Apostólica.

Pero ante la ausencia de Papa, un Verdadero Obispo, simplemente obtiene su jurisdicción o permiso o autoridad de la Cabeza Invisible de la Santa Iglesia Católica que es Nuestro Señor Jesucristo, por causa de la Ley Superior y Divina de la Salvación de las Almas.

Luego, un Obispo Católico Verdadero, con válidas y lícitas órdenes y fe católica, sí tiene jurisdicción y continúa la sucesión apostólica, que es precisamente el problema que la Tesis plantea resolver, y constituye hoy la Jerarquía de la Verdadera Iglesia Católica. Es Nuestro Señor mismo quien le da esa legitimidad.  

Dice el padre Cekada, “la ley divina de salvar almas siempre perdura, junto con la jurisdicción de Cristo necesaria para cumplirla”.

Pero un obispo que se adhiere a la Tesis cae en el absurdo de no reconocer que su autoridad viene de Cristo mismo, sino de los herejes, que realmente no la tienen.

Luego, el engaño del enemigo es patente.

Que la Jerarquía de la Verdadera Iglesia Católica obtenga su autoridad de alguien que está fuera de la Iglesia Católica, como el hereje camuflado como “Papa Material”, es negar la divinidad de la Iglesia, es negar que Jesucristo es Dios, lo cual es el objetivo del Anticristo.

La Tesis es un Caballo de Troya que viene a robar las ovejas de Cristo para llevarlas a una iglesia modernista que no salva. 

Hay para los fieles una obligación de vida o muerte, de salvación o de no salvación, una obligación de defenderse.

Lamentablemente sus pastores, no los van a defender, por temor, y van a seguir en silencio. Se reconoce que la Tesis es un error, pero no concluyen que es una herejía. 

Dicen no adherirse a la Tesis porque es un error, pero la defienden. No la denuncian. Se ofenden si uno dice que es una herejía, como realmente lo es.

¡Uno de vosotros es un diablo! (San Juan VI, 70). ¡Sorprendente y terrible verdad! El hecho de que un sacerdote u obispo sea auténticamente elegido y puesto por Dios no impide que sea manejado por Satanás.

El fiel que siga a un Obispo de la Tesis, no podrá defenderse de los ataques del Anticristo en contra de la fe. No tendrá su fe intacta cuando venga Nuestro Señor Jesucristo.

Cuando vuelva, ¿encontraré fe en la tierra?

Si nos equivocamos, nos retractamos.

¡Ven Señor Jesús, por favor, no tardes más!