Querido Padre Julián,
“Si tu hermano peca, repréndelo… Si no te escucha, repréndelo ante dos o tres testigos… Y si a ellos no escucha, dilo a la Iglesia…” (San Mateo XVIII, 15-17).
Se lo decimos abiertamente a la Iglesia. Sabemos que Ud. se adhiere a la Tesis Papa Material y por eso nos oponemos a su Consagración Episcopal.
Adhesión a la Tesis es adhesión al error y a la herejía. Al adherir a la Tesis, Ud. sostiene que la Sede de Pedro está ocupada materialmente por los herejes, hoy Jorge Mario Bergoglio.
Por favor, no continúe siendo promotor de error y de herejía como Obispo.
Es promotor del error en cuanto se la ha enseñado a los seminaristas, hoy sacerdotes jóvenes, ciertamente también seguidores de la Tesis.
Y de la herejía en cuanto la Tesis es una doctrina nueva, con sabor a herejía. Recuerdo que en un video Mons. Pío dijo que jamás inventarían (o se adherirían) a algo nuevo.
¡Qué contradicción!
Sabemos también, de sus propios labios, que Ud. desea ser Obispo. Y por eso también nos oponemos a su Consagración Episcopal.
No está bien, padre. Nadie se atribuye a sí mismo un oficio eclesiástico, sino Dios que llama, y, por eso, reflexionamos sobre la autenticidad del llamado.
Nos extraña la precipitación de los hechos. A tan solo 20 días antes, se hizo público su Consagración, sin proclamas. Esta carta es respuesta a las proclamas nunca proclamadas.
Esta precipitación nos recuerda lo sucedido con la Consagración de Mons. Pío por Mons. Dávila Gándara, de la Sociedad de Trento de México.
Esa Consagración no se hizo pública sino a último momento: dos días antes, lo cual causó conmoción entre los fieles. Hasta el día de hoy se sigue preguntando el porqué.
A nosotros los sacerdotes se nos dijo que la razón de no haberlo hecho público con la debida anticipación era porque alguien en México se oponía.
Pero luego la Consagración se hizo. Parece que de repente cesó la oposición y se procedió adelante.
Su posición teológica tiene tinte de engaño. Por eso le pedimos que no acceda al Obispado. No es confiable.
Se presenta por un lado como sedevacantista, pero, por otro, es seguidor de la Tesis, lo cual no lo dice abiertamente.
Es decir, da a entender que es sedevacantista pero en realidad no lo es, y Ud. se enoja muchísimo si alguien se lo señala, o le pregunta, y nos bloquea.
¿Qué problemas habría en no decirlo abiertamente? Por ser seguidor de la Tesis, se ganaría un regaño, ciertamente, que sería muy beneficioso para su alma, y la de los fieles.
Recuerdo muy bien, Ud. me puso como condición para aceptar a Ramón en su comunidad que él fuera sedevacantista, dándome a entender que de lo contrario no le recibirían.
Pues parece que ahora ya no es el sedevacantismo la condición para poder estar en su comunidad, sino la Tesis. ¡Extraño cambio de posición teológica!
Dentro de unos días tendremos un nuevo Obispo en Argentina, que, como su hermano, es también favorable a la Tesis del Papa Material, que considera al hereje Mario Bergoglio como Papa Material, como sujeto válido para elegir, y para ser elegido Papa, y a la falsa iglesia de Roma como la Iglesia Católica.
Y se duplicarán así las fuerzas del error y la herejía en nuestra amada patria. Será lamentable para la Iglesia toda. ¡Tal vez esta crudeza sorprenda a la feligresía de Córdoba! ¡Es la realidad!
Un sacerdote que no sea fiel a la doctrina de Nuestro Señor Jesucristo no debería ser consagrado Obispo, y de ahí, mi carta abierta al Padre Julián Espina expresando nuestra oposición.
Lo que sigue es una breve relación histórica de la Tesis, necesaria para entender dónde se está parado.
En una carta Mons. Guèrard reniega de su engendro, la Tesis Cassiciacum. Su mismo autor dice que contiene enormes errores teológicos (y nosotros añadimos también, gravísimos errores filosóficos), y que es una tesis tonta e idiota.
Pero de parte de quienes se adhieren hoy a ella vemos un silencio sepulcral, un silencio evidente y ensordecedor. ¡Tal cual pasa en Molinari; no se denuncia la Tesis!
La Tesis no es sedevacantista. Es, más bien, un término medio entre el sedevacantismo y el movimiento “reconocer y resistir”.
La Tesis es un “reconocer y resistir” sofisticado porque los tesistas reconocen alguna legitimidad en los herejes apóstatas del Novus Ordo, como siendo parte de la Santa Iglesia Católica.
Los tesistas admiten abiertamente que tal jerarquía tiene poder legal para cambiar las leyes papales que rigen un cónclave. Que estos apóstatas pueden elegir un Papa, y pueden designar falsos Obispos en la Santa Iglesia Católica.
Los tesistas esperan también de los herejes la salvación del papado, y van resistiendo como hacen los del movimiento “reconocer y resistir”.
La Tesis es casi ocultista, y para llegar a esta conclusión es necesario revisar su historia.
Desde 2005 el combate contra la Tesis fue llevado a cabo por Mons. Dolan, demostrando así ser verdadero Obispo de la Iglesia, por estar vigilante y atento a las novedades teológicas con sabor a herejía que son arrojadas en los pastos de las ovejas de Cristo.
Y es por este celo demostrado por los Obispos antitesistas que debemos alabarlos con gran mérito.
¿Pero qué esperamos de los Obispos tesistas?
Entre ellos están Mons. Munari y Mons. McKenna, ambos consagrados por Mons. Guèrard, y fundadores del Instituto Mater Boni Consilli, junto al padre Ricossa, en Italia, y otros de la Fraternidad de San Pío X.
La Tesis y la Fraternidad, y aquel que tenga el espíritu de la Fraternidad, se adoran mutuamente, se halagan, y se aman prácticamente.
Mons. Munari, uno de los principales exponentes de la Tesis, terminó con una mujer en Magadascar. El Instituto Mater Boni Consilii del padre Ricossa no pronunció ninguna palabra sobre el asunto.
Otro famoso exponente de la Tesis fue el padre Curzio Nitoglia, fundador también del Instituto Mater Boni Consilii, junto con Ricossa, Munari y Guèrard. Uno de los mejores teólogos del Instituto, salió de él por motivos oscuros y se fue al movimiento “reconocer y resistir”.
Allí inventó una nueva Tesis, de corte gnóstico, más modernista, y peor que la Tesis Cassisiacum. Se convirtió así, el padre Nitoglia, en un infiltrado gnóstico dentro de los medios tradicionales.
Comenzó a tener contactos con el Islam, con el filósofo gnóstico Dugin, el filósofo de Putín. Hoy trabaja para Mons. Williamson, que acaba de morir. Una estrella más caída de los cielos de la iglesia neogalicana modernista.
Y ahora, el Padre Ricossa. Basta estudiar sus escritos para ver los absurdos de este padre.
Su primer punto fatal: Nuestra Señora de la Salette.
El secreto de la Salette es muy odiado por los tesistas. Odian que Nuestra Señora haya predicho que Roma perderá la fe y se convertirá en la sede del anticristo, y en la sede del satanismo del mundo, y en la sede de la apostasía general, y en la sede de la bestia de los infiernos en la tierra. Eso es todo un problema para los tesistas y para los del movimiento “reconocer y resistir”.
Ellos son los que más atacan esa aparición de Nuestra Señora; y esto explica el disgusto del padre Julián y de Monseñor Pío por los temas relacionados al fin de los tiempos, la Parusía, el Reino de Nuestro Señor Jesucristo posterior, al punto tal de llegar a atacarnos públicamente desprestigiándonos y llamándonos exagerados.
¿Acaso no es obvio que sucedió así como Nuestra Señora profetizó sobre Roma?
¿Quién se atreve a negar la apostasía general y los signos de los últimos tiempos?
Ricossa enseña abiertamente que el secreto de la Salette fue condenado y que nadie jamás puede osar publicarlo.
Sin embargo, todos los apostolados anti-Ricossa de Francia dicen, principalmente el de Remy, que no fue condenado y que es toda calumnia de Ricossa y de los del movimiento “reconocer y resistir”. Y lo demuestran con argumentos bien sólidos.
El segundo punto fatal de Ricossa es la falsificación del Apocalipsis de San Juan.
En un artículo, Ricossa cita al teólogo modernista Corsini, y también hace una cita falsa del Cardenal Billot, cambiando totalmente la visión del Apocalipsis, algo intelectualmente deshonesto.
A propósito, el padre Julián y Mons. Pío insisten en la interpretación alegórica del Apocalipsis, cuando es claro que el mismo Apocalipsis varias veces dice ser una profecía, y una profecía de los últimos tiempos (cf. Apocalipsis I, 3; XIX, 10; XXII, 6; XXII, 18-19).
La interpretación alegórica no hace más que desviar la atención de los fieles de la gravedad de los tiempos. ¡Van a sucumbir ante el Anticristo!
Y todo por argumentar en favor de la Tesis, la cual, según los tesistas, tiene que estar siempre por encima, como si fuera un dogma irrefutable.
El tercer punto fatal de Ricossa es la rehabilitación del Cardenal Rampolla.
Ricossa llama “tradicional” al “Papa satánico” Rampolla. Por gracia de Dios, el señor Hemy, y el señor Beiber, publicaron varios libros y artículos probando que Rampolla tenía conexiones con logias masónicas.
Rampolla establa ligado también a la lógia masónica eclesiástica, la logia de San Juan, infiltrada en el Vaticano desde la época del Papa León XIII. ¡Gnosticismo y satanismo en la Iglesia desde León XIII!
Y el padre Ricossa se presenta como anti-gnóstico, pero defiende a Rampolla. Algo totalmente paradójico, y sospechoso.
Y el cuarto punto fatal de Ricossa, la cuestión de Roncalli, Juan XXIII.
Ésta es una de las cosas a las que más deberíamos estar atentos, para ver que los tesistas no son realmente sedevacantistas.
El padre Ricossa tiene un libro llamado “Papa del Concilio Vaticano II”, y allí él dice que Roncalli fue elegido válidamente, afirmando también que fue elegido aún sabiendo que era evidentemente un hereje.
Era un hereje, y como tal, nunca fue excomulgado, aunque debería haber sido, lo que favorece la posición de la Tesis Cassiciacum, porque tornaría su elección válida.
Para los tesistas los herejes del Novus Ordo son válidamente elegidos al papado de la Santa Iglesia Católica.
Y Roncalli, sirve de patrón para los demás herejes que le siguen. Esto es porqué Roncalli, Juan XXIII, nunca es atacado por los tesistas.
Para Mons. Guèrard, la sede quedó vacante a partir de la Declaración Dignitatis Humanae, sobre la libertad religiosa, del Conciliábulo Vaticano II, promulgada por Montini, Pablo VI, en el año 1965. Antes de esto estaba todo perfectamente conforme a la doctrina, todo católico.
Difícilmente vamos a ver a un tesista atacar a Roncalli, Juan XXIII. E incluso llegan a ser peor, defendiéndolo como Papa legítimo. Así enseña el padre Belmonte, otro tesista.
El quinto punto fatal del padre Ricossa es la mentira de la Carta de Guèrard.
Se tuvo que hacer una pericia para demostrar que la carta es auténtica, la cual dice que Guèrard renuncia a la Tesis Cassiciacum.
Otra estrella de la Tesis es Mons. Sanborn, quien enseñó errores teológicos y morales sobre la medicina, diciendo que no es pecado usar objetos confeccionados con fetos abortados, promoviendo así un prototipo de la marca de la bestia. Tuvo que después ser refutado por el padre McKenna.
Además, Mons. Sanborn le exigió a Mons. Dolan que para ser considerado un sacerdote de la Iglesia Católica, un seminarista tiene que obtener una nota máxima en los exámenes sobre la Tesis.
Entonces, quien no haya estudiado en el seminario un curso sobre la Tesis y quien no haya sacado una nota máxima no puede ser sacerdote de la Iglesia Católica. ¡Por eso el padre Julián se la enseña a sus seminaristas!
Ante tal absurdo, Mons. Dolan tuvo que retirar a sus seminaristas del seminario de Mons. Sanborn, y tuvo que darles una lección atacando a la Tesis, llamándola educadamente “de sabor de herejía”. Fue tal vez, demasiado educado, cuando es de hecho una herejía.
Sobre Mons. Guèrard se puede decir que fue un monje involucrado con una mujer gnóstica llamada Cristina Campos. ¡Imaginemos a un monje intercambiando cartas con una mujer gnóstica!
Mons. McKenna, que fue consagrado por Mons. Guèrard, posteriormente ordenó varios sacerdotes que se convirtieron después en conclavistas.
Todos estos son los personajes, la tropa que defiende la Tesis. Hacen falsificaciones, calumnias, artimañas, para defender con uñas y dientes la Tesis.
Eruditos sacerdotes, sin embargo, todos deshonestos. Defienden de hecho la Tesis como dogma de fe. Fuera de la Tesis no hay salvación.
Da mucha pena por las almas de nuestra amada patria Argentina que sean pastoreadas por sostenedores de la Tesis.
¡Dios quiera le dé al padre Julián la gracia para que recapacite sobre el error que está por cometer al ser consagrado Obispo sin haberse retractado de la Tesis!
Porque Ud. se está cargando con una cruz que Dios no le quiere dar…
Y si llega a ser Obispo, arrepiéntase, conviértase, y gánese el cielo, ofrezca y repare.
Deje de enseñar el error, y enseñe y predique la doctrina verdadera, especialmente aquella que más nos atañe por estar en los últimos tiempos, la Parusía y el Reino de Cristo.
Era necesario decir todo lo que se dijo. Si en algo nos equivocamos nos retractamos sin duda. Nuestra conciencia ante Dios está en paz. ¡Todo sea por la Gloria de Dios!
¡Ven Señor Jesús, ven pronto! ¡No tardes ya, porque esto no da para más!
Amén.