Bernhard Plockhorst - 1825-1907 |
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Los últimos versículos de la Epístola de hoy, “Porque erais como ovejas descarriadas; mas ahora os habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas” (1 Pedro II, 25), la enlazan con el Evangelio y la Liturgia Dominical del Buen Pastor.