viernes, 6 de octubre de 2023

El Verdadero Rosario Católico


La Santísima Virgen dándole el Rosario a Santo Domingo

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De todas las devociones a la Santísima Virgen María, el Rosario es la más extensamente difundida entre los fieles. Todo buen católico, amante de la Madre de Dios, debe tener una tierna devoción al rezo del Rosario y obedecer la petición del cielo de rezarlo diariamente.

ORIGEN

El Santo Rosario en su forma actual, conforme a la tradición, fue difundido por Santo Domingo, el fundador de la Orden de los Predicadores, para contener la herejía albigense (neo-maniqueos, dos principios, bien y mal, naturaleza humana de Cristo solo aparente), que por entonces se estaba extendiendo por todas partes del continente europeo.

Santo Domingo lo hizo en obediencia a una revelación recibida por parte de la Santísima Virgen, a quien había acudido con el mencionado propósito en el año 1206 (mismo tiempo de la Profecía de San Francisco de Asís).

En 1917, la Virgen de Fátima renovó el llamado a toda la Cristiandad para que recemos el Santo Rosario en reparación de tantos pecados y porque pronto sería el ÚLTIMO RECURSO para la mayoría de los cristianos, debido a la interrupción de algunos sacramentos como el Sacrificio Perpetuo (la Santa Misa), la Confirmación y el Orden Sacerdotal. Interrupción debida a su alteración o mutación de forma, materia y ministro por industria de los agentes de la Sinagoga de Satanás infiltrados en la Iglesia.

A partir del conciliábulo Vaticano II, la Neo Iglesia también se lanzó contra el Santo Rosario por diferentes frentes, para intentar disminuir su rezo y transformar su forma tradicional. 

Así se añadieron los «Misterios Luminosos», se alteraron las letanías y también se fue sustituyendo el Santo Rosario por devociones más breves pero más «lucrativas» como la Corona de la Misericordia, de la hebrea Helena Kowalska Babel. 

ROSARIO TRADICIONAL

CÓMO REZARLO

El Rosario consta de quince decenas; cada decena se compone de un Padrenuestro, diez Avemaría y un Gloria.

Ninguna otra oración forma parte del Rosario; todo lo demás que se ha ido añadiendo antes o después de cada decena, proviene de piadosas adiciones pero sin mutilar la forma tradicional de esos esas quince decenas o misterios. 

Por «misterio» se entiende un suceso de la vida de Nuestro Señor Jesucristo o de su Santísima Madre. Estos Misterios se dividen en tres series de cinco, llamados Gozosos, Dolorosos y Gloriosos.

Una forma acostumbrada de rezarlo es recitar solamente una corona diaria, o lo que sería la tercera parte del Rosario, esto es, cinco decenas, cada día. 

En este caso, lo habitual es decir los Misterios de Gozo los días lunes y jueves, así como los domingos de Adviento; los Misterios Dolorosos suelen rezarse los martes, viernes y los domingos de Cuaresma; y los Misterios Gloriosos habitualmente se rezan los miércoles, sábados y domingos de Pascua y Pentecostés.

1. En el Crucifijo del Rosario, haremos la señal de la cruz, y a continuación podemos rezar el Credo o el Acto de Contrición.

2. En la siguiente cuenta, rezaremos un Padrenuestro.

3. En las siguientes tres cuentas, rezaremos tres Avemaría.

4. En la quinta cuenta, rezaremos un Gloria.

5. A continuación, comienza lo que es propiamente el Rosario.

Primero, se debe anunciar el misterio que se va a rezar, y se comienza cada misterio con un Padrenuestro, seguido de 10 Avemaría, al término de las cuales se rezará un Gloria Patri, y la oración dada por el Ángel de la Paz a los tres pastorcitos de Fátima. 

Ejemplo: «Primer Misterio Doloroso, La Agonía de Nuestro Señor en el Huerto – Padrenuestro, 10 Avemaría, Gloria, oración de Fátima». 

Esto mismo se hará sucesivamente hasta recorrer las cinco decenas del Rosario.

Una vez terminado el rezo de los cinco Misterios, pueden rezarse distintas oraciones, las cuales son opcionales y pueden elegirse según se prefiera. Tradicionalmente, lo que suele rezarse al término del quinto Misterio es 1 Padrenuestro, las 3 salutaciones a la Santísima Virgen María, la Salve y las Letanías Lauretanas.

ORACIONES QUE LO COMPONEN

Ahora veremos una por una las distintas oraciones que componen el Santo Rosario.

SEÑAL DE LA CRUZ

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

CREDO

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso, y desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de la carne y en la vida eterna. Amén.

PADRE NUESTRO

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu reino; hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.

AVEMARÍA

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

GLORIA

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

ORACIÓN DE FÁTIMA

¡Oh, Jesús mío! Perdónanos y líbranos del fuego del Infierno! Aliviad las Ánimas del Purgatorio, especialmente las más abandonadas. Amén

SALUTACIONES A LA VIRGEN MARÍA

1. Dios te Salve María Santísima, poderosísima Hija de Dios Padre, Virgen purísima antes del parto, en tus manos, Señora, ponemos nuestra fe para que la ilumines. Llena eres de gracia…»

2. Dios te Salve María Santísima, amantísima Madre de Dios Hijo, Virgen Purísima en el parto, en tus manos, Señora, ponemos nuestra esperanza para que la alientes. Llena eres de gracia…»

3. Dios te Salve María Santísima, castísima Esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen Purísima después del parto, en tus manos, Señora, ponemos nuestra caridad para que la inflames, Llena eres de gracia…»

Dios te Salve, María Santísima, Templo, Trono y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin la culpa Original. 

SALVE

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh, dulce siempre Virgen María!

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Amén.

LETANÍAS LAURETANAS

La letanía es una rogativa o súplica que se hace a Dios con cierto orden, invocando la Santísima Trinidad, y poniendo por medianeros a Jesucristo, la Virgen y los Santos. Las letanías más antiguas después de las de los Santos (año 595) son las de la Santísima Virgen. Llámanse lauretanas o de Loreto, y fueron aprobadas por Sixto V en 1587.

LETANÍAS

Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros,

Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, óyenos, Cristo óyenos

Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos

Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.

Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.

Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.


A continuación, se responderá «ruega por nosotros».


Santa María, ruega por nosotros.

Santa Madre de Dios, ruega por nosotros.

Santa Virgen de las Vírgenes, ruega por nosotros.

Madre de Jesucristo, ruega por nosotros.

Madre de la divina gracia,

Madre purísima,

Madre castísima,

Madre sin mancha,

Madre incorrupta,

Madre Inmaculada,

Madre amable,

Madre admirable,

Madre del buen consejo,

Madre del Creador,

Madre del Salvador,

Virgen prudentísima,

Virgen digna de veneración,

Virgen digna de alabanza,

Virgen poderosa,

Virgen clemente,

Virgen fiel,

Espejo de justicia,

Trono de la sabiduría,

Causa de nuestra alegría,

Vaso espiritual,

Vaso de honor,

Vaso de insigne devoción,

Rosa mística,

Torre de David,

Torre de marfil,

Casa de oro,

Arca de la Alianza,

Puerta del cielo,

Estrella de la mañana,

Salud de los enfermos,

Refugio de los pecadores,

Consuelo de los afligidos,

Auxilio de los cristianos,

Reina de los ángeles,

Reina de los patriarcas,

Reina de los profetas,

Reina de los apóstoles,

Reina de los mártires,

Reina de los confesores,

Reina de las vírgenes,

Reina de todos los santos,

Reina concebida sin pecado original,

Reina elevada al Cielo,

Reina del Santísimo Rosario,

Reina de la paz,


Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo.

Perdónanos, Señor.


Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.

Escúchanos, Señor.


Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.

Ten piedad de nosotros.


Recurrimos a tu asistencia Santa Madre de Dios; no desprecies las súplicas que te hacemos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos de todos los peligros, Virgen Gloriosa y llena de bendición.


Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

Para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo.


Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de perpetua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

MISTERIOS GOZOSOS

1. La Encarnación del Hijo de Dios.

2. La Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel.

3. La Natividad de Nuestro Señor Jesucristo.

4. La Presentación del Niño Jesús en el Templo y la Purificación de la Santísima Virgen.

5. El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo.

MISTERIOS DOLOROSOS

1. La Agonía de Nuestro Señor en el Huerto.

2. La Flagelación de Nuestro Señor Jesucristo.

3. La Coronación de espinas de Nuestro Señor Jesucristo.

4. Jesús con la Cruz a cuestas.

5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.

MISTERIOS GLORIOSOS

1. La Triunfante Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

2. La Ascensión de Jesucristo a los cielos.

3. La Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y la Virgen María.

4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.

5. La Coronación de la Santísima Virgen como reina de cielos y tierra.