Oración y Ayuno en Cuaresma * |
Domingo I de Cuaresma
Programa de Cuaresma
Hoy empieza propiamente la Santa Cuaresma. Tiene por objeto prepararnos para la conmemoración piadosa de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. La Santa Iglesia nos prescribe para este tiempo oración más frecuente, ayunos y abstinencias, recogimiento y limosnas.
Oración más frecuente
La primera y mejor oración de Cuaresma debe ser la Santa Misa, para la que la Iglesia ha compuesto textos diferentes y hermosísimos cada día; el Viacrucis que ha de procurarse hacer siquiera los miércoles y viernes; el salmo “Miserere” y los Salmos Penitenciales.
Ayunos y Abstinencias
Son días de ayuno y abstinencia, el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, y de abstinencia, los viernes; estando obligados al ayuno desde los 21 años hasta los 60, y a la abstinencia desde los 7 años en adelante, salvo dispensa.
Recogimiento
La forma práctica de vivir recogidamente en Cuaresma es absteniéndose de diversiones y fiestas.
Limosna
La mejor es la que se hace con los ahorros producidos con los ayunos y abstinencias, y con la supresión de fiestas, diversiones vanas y fútiles regalos.
Confesión y Comunión
Una de las grandes preocupaciones de la Iglesia, durante la Cuaresma, es preparar a los cristianos para una buena Confesión y una buena Comunión Pascual. Todas las Misas tienen algún texto tendiente a ese fin.
Domingo II de Cuaresma
Entramos hoy en la segunda semana de Cuaresma, pero el mundo se empeña en desprestigiar a la Iglesia, siguiendo sus locuras y desenfrenos. A la santa tristeza de la Iglesia por la muerte que Nuestro Señor Jesucristo va a sufrir, opone su loco jolgorio; al recogimiento casto, los bailes y fiestas de disfraz; a la pureza del alma, la liviandad; a la moderación en la comida y en la bebida, la destemplanza. ¡Y que haya todavía cristianos que se empeñan en vivir de esta manera, dando y aceptando fiestas y embriagueces! ¿Hasta cuándo? ¡Pobres fieles servidores del demonio, del mundo y de la carne!
Domingo III de Cuaresma
La Ley del Ayuno
La Ley del Ayuno obliga, bajo pena de pecado, desde los 21 años de edad hasta los 60, a no mediar falta de salud o trabajo de tal naturaleza que sea moralmente incompatible con su cumplimiento. Y nadie puede, por sí y ante sí decretarse estas exenciones: la ley manda que nadie se considere dispensado del ayuno sino con el fallo del confesor y dictamen facultativo.
¿Y qué es ayunar?
Ayunar es hacer una sola comida formal al día, bien sea al mediodía (que es lo ordinario), bien por la noche. De ambas maneras se puede hacer legítimamente.
El desayuno debe ser escaso y la colación de la noche liviana también, excluyendo siempre, tanto en el desayuno como la colación, la carne y el caldo de carne, y reduciendo a simple líquido, que no sea leche, lo que se tome a la hora del té, si algo se toma.
Esto, es cierto, regaña al estómago y mortifica el apetito; pero por eso mismo se llama mortificación y se impone como tal y como tal debe observarse, como medio de satisfacer a Dios por las culpas cometidas.
Domingo “Laetare” IV de Cuaresma
El domingo “Laetare” viene a alegrar y reconfortar a los ayunadores de Cuaresma. El Celebrante puede cambiar los ornamentos de color morado por los de color rosa. El órgano deja oír sus acordes. Las flores aparecen en el altar. Todo indica que es éste un domingo excepcional dentro de la Cuaresma, un día de asueto y de santa expansión.
Pero a esto solamente tienen derecho los que han venido practicando fielmente los rigores cuaresmales. Para los demás debe ser un domingo de reproches y de censuras.
¿Cómo estás cumpliendo las observancias de Cuaresma?
¿Has ayunado, has hecho limosna, has vivido con cierto recogimiento, te has retirado de las habituales diversiones mundanas?
Si todavía no has empezado a hacerlo, suple la falta en esta segunda mitad de la Cuaresma que sigue.
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