Alegoría de la Muerte y un Hombre Rico |
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No podemos servir a dos señores, porque se amará a uno, y se aborrecerá al otro. No se puede servir a Dios y a las riquezas. Las riquezas son todos los bienes que podamos tener en este mundo.
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¡Cuán frágil es nuestra viciada naturaleza pecadora! Por gracia de Dios, nuestra debilidad encuentra un seguro refugio dentro del Inmaculado Corazón de María.