La Santa Misa de San Gregorio Magno - Maestro del Portillo |
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Los sacerdotes que Nuestro Señor Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, ha escogido solo tenemos una participación de su eterno y sumo sacerdocio. La vocación a ser sacerdote es un llamado de Dios, y, como tal, una participación del Sacerdocio de Jesucristo. Es, por tanto, una sublime vocación.